Prepara unas deliciosas albóndigas de pollo en salsa de cebolla y mantequilla. Receta fácil, con ingredientes sencillos y un sabor espectacular. ¡Perfectas para cualquier ocasión!
Las albóndigas de pollo en salsa de cebolla y mantequilla son el epítome de la comodidad culinaria. Esta receta transforma la sencillez del pollo en algo sublime, con una textura jugosa y una salsa tan reconfortante que necesitarás pan para no perder ni una gota.
Si eres de los que disfruta de una comida casera con aires gourmet, esta receta será tu favorita en un abrir y cerrar de ojos.
Dificultad
Para los que saben encender el robot de cocina sin leerse el manual
Ingredientes
Para las albóndigas
- 500 g de pechuga de pollo picada.
- 1 huevo.
- 1 diente de ajo.
- Perejil fresco picado.
- 50 g de pan rallado (o miga de pan remojada en leche).
- Sal y pimienta al gusto.
- Un chorrito de aceite de oliva (para freír).
Para la salsa
- 2 cebollas grandes, cortadas en juliana.
- 50 g de mantequilla.
- 1 cucharada de aceite de oliva.
- 1 vaso de caldo de pollo (250 ml).
- 100 ml de vino blanco.
- Sal y pimienta al gusto.
- 1 cucharadita de harina (opcional, para espesar la salsa).
Preparación:
1.- Prepara las albóndigas:
En un bol mezcla el pollo picado, el huevo, el ajo picado, el perejil, el pan rallado, sal y pimienta. Amasa hasta obtener una mezcla homogénea y forma bolitas del tamaño de una nuez. Resérvalas en la nevera durante 15-20 minutos para que cojan cuerpo.
2.- Dora las albóndigas:
En una sartén grande, calienta un chorrito de aceite de oliva y dora las albóndigas por todos lados. No hace falta cocinarlas completamente, ya se terminarán en la salsa. Retíralas y resérvalas.
3.- Haz la salsa:
En la misma sartén, añade la mantequilla y el aceite de oliva. Agrega las cebollas y cocínalas a fuego medio hasta que estén tiernas y ligeramente caramelizadas (unos 15-20 minutos).
4.- Desglasa y espesa:
Incorpora la harina (si decides usarla) y remueve bien. Añade el vino blanco y deja que reduzca durante un par de minutos. Luego, vierte el caldo de pollo, salpimenta y deja que hierva suavemente. Yo he triturado la salsa.
5.- Termina el plato:
Vuelve a poner las albóndigas en la sartén con la salsa. Cocina a fuego bajo durante 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que las albóndigas estén tiernas y la salsa se haya espesado.
Sirve y zampa.
Maridaje canalla:
Un buen puré de patatas o arroz blanco para acompañar. ¿Vino? Un blanco suave o una cerveza rubia bien fría.
- La carne la he picado yo, recomiendo que sea contramuslo sin piel.
- Añade un toque de nuez moscada a la mezcla de las albóndigas para un sabor más profundo.
- Si prefieres un toque más ácido, exprime unas gotas de limón en la salsa antes de servir.
- Para una textura más cremosa, añade un chorrito de nata líquida a la salsa al final.
Resumen nutricional:
Menú recomendado:
- Las albóndigas de pollo en salsa de cebolla y mantequilla.
- Una pieza de fruta.
¿Por qué esta receta mola tanto?
Porque lleva lo mejor de la cocina casera: ingredientes sencillos, técnica fácil y un resultado que parece salido de un restaurante. Las albóndigas son tiernas, jugosas y absorbentes, y la salsa de cebolla y mantequilla es un verdadero abrazo al paladar.
¿Qué te parece esta versión gourmet de un clásico?
Dale un toque especial a tu menú y sorprende a todos con estas albóndigas de pollo en salsa de cebolla y mantequilla. ¡Déjame tu comentario con tu versión de la receta o cómo la has disfrutado en casa!
Mientras te la zampas puedes poner música.