Cuando uno se junta para ir a celebrar un cumpleaños con colegas generalmente hay dos opciones, atufarse o disfrutar de la mesa. Si por casualidad entre esos amigos hay afición por ambas tareas y los planetas se alinean, seguramente La Colmada sea el sitio perfecto.
En este contexto fui a La Colmada, lugar que recupera un concepto antiguo pero no por ello menos apetecible. Recuperar un concepto tradicional no solo es meritorio también lo es hacerlo bien. Un lugar donde disfrutar de unas buenas chacinas, unos buenos vinos y unas excelentes conservas es casi un lujo en Madrid y más en Malasaña.
El lugar recupera un clásico ultramarino, con una excelente selección de embutidos, quesos y vinos con una pequeña barra que se pueden degustar en el local, a precios contenidos.
Atención especial a sus embutidos y a su tabla de quesos, recomiendo probarlos, pero también dejarse aconsejar por los camareros que son gente dispuesta y con oficio. La carta de vinos excelente, si eres de morro fino, está carta te molará. Por cierto, probad la ensaladilla.
No tiene Bravas, es el único pero que le puedo poner. Bueno, y que no estén en mi salón.
En resumen, gente joven de morro fino en un lugar sin complejos donde se disfruta del comer, del beber y de la compañía.
Información
Calle del Espíritu Santo, 19, Madrid.
910 176 579