Uno es un canalla, de siempre, esto hace que muchas veces el canallismo lo confunda con el riesgo o la locura. Sin dejar de olvidar que en la variación está el gusto y que lo exótico mola. Esto es lo que mi cerebro me dijo cuando en un centro comercial vi la venta de estos curiosos aperitivos así que compré una caja para comer insectos como un canalla.
Se llama entomofagia a la ingesta de insectos y arácnidos, o artrópodos en general, como alimento para los humanos y los animales, un hábito alimenticio muy extendido en algunas culturas de África, Asia, Latinoamérica y Australia; no obstante, en algunas otras es muy poco común o es considerado un tabú. La entomofagia es objeto de estudio de la etnoentomología.
Si eres de comer cosas raras como las gambas, las almejas y los percebes, a la hora de probarlos he decir que asco no os dará, saben bien, pero con cierto retrogusto a quemado, predomina el sabor del saborizante por encima del insecto. Están buenos, sin más. La verdad es que os recomiendo comerlos por aquello de no perderse nada en la vida. Son caros de cojones hasta decir basta. Probaré otros de esta marca y os iré diciendo.
Por cierto que están totalmente libres de azúcares, gluten y lactosa.
Marida con unas cervezas frequitas, no tengo muy claro que vino aplica aquí.